Pensamiento Reflexivo (resumen y reflexión personal)
RESUMEN:
"Sólo la capacidad de dar un paso atrás, la capacidad de pensar en
cuanto reflexión y autocorrección que percibe la necesaria aportación
conceptual en cuanto tal e impide al mismo tiempo su absolutización,
puede liberar al conocimiento de su sombra paranoica".
(José, A. Zamora, 1997 "Civilización y barbarie", en
Scripta Fulgentina, nº 14)
PENSAMIENTO REFLEXIVO
Para J. Lacroix (1968), lo que caracteriza al hombre no es el pensamiento en sí, sino la reflexión. Él piensa que hay un pensamiento puramente pensado, un pensamiento en cierto modo animal que se expresa por medio de gestos y actitudes sin poder conocerse él mismo y percatarse de sí. Por lo tanto lo propio del hombre es distinguirse de este pensamiento puramente objetivo, ser capaz de oponérselo en cierto modo para conocerlo y juzgarlo. Esta capacidad de duplicar su pensamiento, de desprenderse de él en un primer movimiento para atribuírselo inmediatamente y volver a tomar posesión de él, este esfuerzo para hacer propio lo que se piensa y asumir su responsabilidad constituye lo que se llama reflexión, y ésta posee un carácter intelectual y moral.
El autor también nos señala que el pensamiento humano no es intuitivo, sino reflexivo. El signo es la señal misma de la reflexión y lo que distingue el pensamiento, se distingue de sí mismo y, en ese retroceso, inaugura la vida reflexiva. El pensamiento animal es un pensamiento puramente vivido, un pensamiento que piensa, pero no se piensa. Se debe distinguir el instinto, espontaneidad irreflexiva que es fuente de todo conocimiento, y la reflexión, el poder que piensa, por lo cual se adueña de su pensamiento.
NECESIDAD DE LA FILOSOFÍA (APRENDER FILOSOFÍA Y APRENDER A
FILOSOFAR)
Actualmente la realidad socio-cultural resulta cada vez más opaca e inabarcable. En una situación permanente de cambiante, en la que coexisten pluralidad de códigos, avances científico-tecnológicos vertiginosos, multiplicidad de informaciones, orientaciones políticas diversas, mensajes ideológicos simplistas y avasalladores, los individuos son incapaces de comprender su propio mundo y están sometidos a una manipulación permanente en la que lo que predomina es la incapacidad de pensar y de vivir libremente.
El desarrollo de la democracia y el rápido avance de tecnología industriales, cada vez más sofisticadas, hacen necesario que la educación se oriente fundamentalmente a la adquisición de destrezas cognitivas y de hábitos de reflexión crítica que preparen personas ilustradas con una gran reflexividad de pensamiento que posibilite encontrar
soluciones a problemas siempre nuevos.
La reflexión filosófica parte de la necesidad que todo hombre siente de tener una visión de sí mismo, del mundo, de la sociedad ...y ofrece a los individuos una adecuada formación para que puedan, con unas bases más sólidas y unos criterios mejor fundamentados y de carácter universal, orientar su acción cotidiana y dar respuestas (oampliar las preguntas) a los problemas personales y colectivos. Desde una concepción libre y autónoma del hombre y del ciudadano frente al modelo unidimensional propiciado por las nuevas tecnologías e ideologías, ofrece una crítica de los fundamentos del obrar humano y de los presupuestos del conocimiento en general y, sobre todo, del conocimiento científico. Plantea con rigor y sistematicidad los grandes problemas que, a lo largo del tiempo, el pensamiento humano ha ido configurando como tales.
La reflexión filosófica y el estudio de las diversas corrientes del pensamiento ayudan a romper el estrecho círculo de particularismo individual, social, temporal y nacional y fomentan la apertura universalista que reclama la futura sociedad mundial, que sólo será también una sociedad libre si cuenta con individuos capaces de pensar con autonomía y de comprender y actuar solidariamente con los demás.
Todo vivir humano auténtico requiere una reflexión crítica sobre el sentido de lo real, sobre nuestras interpretaciones sobre el mundo y sobre nuestro existir en él.
La reflexión filosófica es, por sí misma, un tanto subversiva siempre, porque supone criticar lo establecido, no conformarse con lo socialmente impuesto, dudar y advertir lo problemático de la opinión dominante y lo vano de la retórica oficial. Incluso en estos tiempos que parecen haber desacreditado cualquier intento revolucionario, filosofar es un riesgo. Pero un riesgo atractivo, personal y liberador.
Como actividad intelectual todo filosofar requiere una previa información sobre los variados aspectos del saber humano, la tradición científica y espiritual, la cultura, en suma, en sus aspectos más generales. Porque sólo desde nuestra circunstancia y nuestra cultura podemos reflexionar y tomar conciencia, sólo desde un nivel histórico podemos ejercer una mirada crítica responsable y lúcida. De ahí que una iniciación al filosofar requiera unos conocimientos culturales amplios, no porque filosofar consista en su conocimiento, sino porque sólo desde ellos se llega a una auténtica posición que permite la reflexión crítica. Sólo desde ellos se puede uno preguntar con plena claridad y con rigor, sobre las cuestiones que más nos inquietan.
La reflexión crítica, históricamente documentada, sobre la realidad, el conocimiento y la acción, hace posible el logro de una autonomía personal en juicios, valoraciones y toma de decisiones responsables. Consolida la formación de personas críticas, documentadas, tolerantes y solidarias.
EDUCACIÓN DEL SENTIDO CRÍTICO
La educación de la conciencia crítica exige comprensión –psicológica y cultural- de la pluralidad de valores y condicionamientos. Pero debe completarse con la educación para la opción –ético-política- y para la correcta adopción de un proyecto existencial.
El clima del diálogo que así se va creando sobre la confrontación pluralista revela, demás de un valor cognitivo, otro valor típicamente ético. Se expresa, ante todo, en el respeto de la libertad de opción, también para los alumnos. Si después, el diálogo se orienta positivamente, podrá percibirse la búsqueda común de la verdad y la mutua
ayuda en el camino del bien.
Si esto no se da, pueden obtenerse resultados negativos como el escepticismo (‘nada es verdad’), la presunción de dirigismo (‘somos los más ilustrados y capacitados’), el interés utilitarista empresarial (‘queremos producir’), la resignación gregaria (‘renunciamos a los riesgos de dirección y nos contentamos con las comodidades de nuestra sociedad de consumo’). Para evitar estas consecuencias negativas es necesaria una acción educativa dirigida a la adquisición del sentido crítico, y una intervención activa en este sentido.
El pensamiento crítico divergente se mueve, en efecto, con un conocimiento propio irrenunciable: Es comprometerse en una búsqueda de la ‘congruencia humana’ en la que las funciones humanas se sintonizan y se celebran mutuamente, permitiendo al sujeto comprobar una plenitud humana en cuyo nombre y en virtud de la cual puede hacerse una valoración crítica; son las ‘normas de expectativa’, es decir, aquellas normas inscritas en la profundidad del ser humano que lo ayudan a ‘criticar’, ‘evaluar’ y ‘juzgar’ apoyados en lo que se ha descubierto o en lo que ha desilusionado en esa expectativa.
ITINERARIO METODOLÓGICO
Los métodos que facilitan la “reflexión crítica” se caracteriza por un tipo de intervenciones educativas que pretenden impulsar la discusión, la crítica y la autocrítica, así como el entendimiento –que no necesariamente significa acuerdo o consenso-, entre los alumnos, el profesor, e imaginariamente con todos lo implicados en el problema real considerado no presentes en el aula. Todo ello a propósito de temas personales o sociales –micro o macroéticos- que impliquen un conflicto de valores; es decir, que sean sentidos por alumnos y profesor como problemáticos. Se trata, por tanto, de discutir todo aquello que preocupa o debería preocupar con ánimo de entender críticamente las razones que tienen todos los implicados, y comprometerse asimismo en aquellos procesos prácticos de mejora de la realidad considerada. La reflexión crítica pretende recabar información sobre realidades concretas, entender toda la complejidad, valorarla y comprometerse en su mejora. De este modo se pretende evitar el desconocimiento de las problemáticas concretas que afectan a su vida personal y social. Se intenta con ello favorecer una educación moral que se arraigue en la vida cotidiana de los educandos.Para conseguir una mejor presentación de lo que se trata de desarrollar en los alumnos y alumnas con la compresión crítica resumimos sus momentos o etapas más características (Puig Rovira, 1992):
REFLEXIÓN CRÍTICA Y AUTONOMÍA MORAL
La educación moral no puede reducirse a lo que aporta la socialización, sino que debe capacitar a los alumnos para que sean capaces de criticar las formas sociales injustas e ideas, criterios y normas de convivencia que busquen un tratamiento justo de los conflictos de valor.
Pero se hace del todo necesario encontrar un procedimiento que respete la autonomía, la conciencia y la responsabilidad de cada sujeto sin limitarse a este momento subjetivo e individual. Ha de ser un procedimiento que sepa respetar simultáneamente ese momento de la conciencia personal, y el reconocimiento de que los problemas morales, los conflictos de valor, se refiere a cuestiones que en un momento u otro afectan a más de una persona, o incluso a una colectividad. Por tanto debemos acercarnos a procedimientos que propicien lo intersubjetivo de toda controversia y la necesidad de enfrentarse a los conflictos atendiendo a las opiniones de todos los implicados (aprender a pensar juntos y resolver los problemas que nos afectan).
Si en la consideración de los problemas, especialmente de los problemas morales, queremos respetar su carácter interpersonal hemos de apelar a la reflexión y discusión crítica colectiva de todos los afectados, aunque ello no signifique abandonar la conciencia y sentimientos personales.
En consecuencia, pensamos que el diálogo es uno de los principios procedimentales más
relevantes que debe transmitir la educaión moral. Y ello, como se ha dicho, en lamedida en que en el diálogo encontramos un criterio respetuoso para con los individuos y para con la colectividad, así como un criterio adecuado para orientar la reflexión moral en sociedades plurales de modo justo y solidario. No se nos escapa, sin embargo, que el diálogo como principio procedimental no resuelve en modo alguno la problemática moral en su conjunto. El diálogo no asegura la resolución acertada de los problemas morales, ni tampoco asegura que se vaya a llegar a
un consenso racional que permita la adopción por acuerdo de soluciones. Tampoco entendemos que el consenso a que tiende el diálogo sea siempre la situación más deseable. El disenso, la disputa, la controversia y el conflicto parecen condiciones ineludibles de la conducta y la reflexión moral. Todo ello no niega el rol que debe tener el diálogo en la consideración de los temas morales, aunque sí lo distancia de toda imposición, o fácil búsqueda de acuerdos uniformes. El diálogo es sólo un intrumento que no elimina la duda, la responsabilidad y el dramatismo a que está abocada la reflexión moral autónoma.
Las siguientes habilidades son necesarias para conducir con éxito en proceso de diálogo crítico y enriquecedor para los participantes.
MODELO NORMATIVO PARA APRENDER A PENSAR DE FORMA
CRÍTICA Y AUTÓNOMA Y A TOMAR DECISIONES JUSTAS EN DIÁLOGO
1. Habilidades para percibir problemas morales.
2. Habilidad para el autoconocimiento.
3. Habilidad para el conocimiento de los demás.
4. Habilidades y condiciones del discurso dialógico.
5. Actitudes dialógicas
6. Estrategias para la comprensión y el razonamiento
7. Habilidad para imaginar y adoptar soluciones alternativas basadas en el acuerdo, y para anticipar y evaluar sus consecuencias.
8. Habilidad para dar sentido moral a la adopción de los anteriores criterios para la resolución de problemas de valor.
REFLEXIÓN
Me parece muy interesante lo que dice el texto. En especial la definición que da uno de los autores que retoma: J. Lacroix. Él dice que el pensamiento no es lo que nos distingue como seres humano, al principio podría sonar contradictorio con lo que hemos visto anteriormente, pues tanto en las clases como en las lecturas la tesis principal sobre la cual gira todo es que los humanos somos los únicos seres que pensamos.
Después el autor dice que hay un pensamiento que pareciese de un animal, y que si estamos conscientes de ese pensamiento y lo dominamos nos volvemos reflexivos, y sólo así nos podemos distinguir de las demás especies. Podría parecer que estas dos posturas están peleadas pero no, para mí, lo que este autor quiso decir es que al pensamiento respectivo del hombre se le debe llamar reflexión. Por ejemplo, la frase "Me gusta el chocolate" no es una reflexión sino un pensamiento que va disperso y confundo quizás a ninguna parte.
Así que algunos podrán llamarle pensamiento complejo, algunos otros pensamiento reflexivo, y algunos otros más sólo pensamiento. Sin embargo todos estos términos se refieren a la misma cosa, esta capacidad que sólo los humanos tenemos lo que nos obliga a potencializarla, explorarla, comprenderla y utilizarla de la mejor manera.
"Sólo la capacidad de dar un paso atrás, la capacidad de pensar en
cuanto reflexión y autocorrección que percibe la necesaria aportación
conceptual en cuanto tal e impide al mismo tiempo su absolutización,
puede liberar al conocimiento de su sombra paranoica".
(José, A. Zamora, 1997 "Civilización y barbarie", en
Scripta Fulgentina, nº 14)
PENSAMIENTO REFLEXIVO
Para J. Lacroix (1968), lo que caracteriza al hombre no es el pensamiento en sí, sino la reflexión. Él piensa que hay un pensamiento puramente pensado, un pensamiento en cierto modo animal que se expresa por medio de gestos y actitudes sin poder conocerse él mismo y percatarse de sí. Por lo tanto lo propio del hombre es distinguirse de este pensamiento puramente objetivo, ser capaz de oponérselo en cierto modo para conocerlo y juzgarlo. Esta capacidad de duplicar su pensamiento, de desprenderse de él en un primer movimiento para atribuírselo inmediatamente y volver a tomar posesión de él, este esfuerzo para hacer propio lo que se piensa y asumir su responsabilidad constituye lo que se llama reflexión, y ésta posee un carácter intelectual y moral.
El autor también nos señala que el pensamiento humano no es intuitivo, sino reflexivo. El signo es la señal misma de la reflexión y lo que distingue el pensamiento, se distingue de sí mismo y, en ese retroceso, inaugura la vida reflexiva. El pensamiento animal es un pensamiento puramente vivido, un pensamiento que piensa, pero no se piensa. Se debe distinguir el instinto, espontaneidad irreflexiva que es fuente de todo conocimiento, y la reflexión, el poder que piensa, por lo cual se adueña de su pensamiento.
NECESIDAD DE LA FILOSOFÍA (APRENDER FILOSOFÍA Y APRENDER A
FILOSOFAR)
Actualmente la realidad socio-cultural resulta cada vez más opaca e inabarcable. En una situación permanente de cambiante, en la que coexisten pluralidad de códigos, avances científico-tecnológicos vertiginosos, multiplicidad de informaciones, orientaciones políticas diversas, mensajes ideológicos simplistas y avasalladores, los individuos son incapaces de comprender su propio mundo y están sometidos a una manipulación permanente en la que lo que predomina es la incapacidad de pensar y de vivir libremente.
El desarrollo de la democracia y el rápido avance de tecnología industriales, cada vez más sofisticadas, hacen necesario que la educación se oriente fundamentalmente a la adquisición de destrezas cognitivas y de hábitos de reflexión crítica que preparen personas ilustradas con una gran reflexividad de pensamiento que posibilite encontrar
soluciones a problemas siempre nuevos.
La reflexión filosófica parte de la necesidad que todo hombre siente de tener una visión de sí mismo, del mundo, de la sociedad ...y ofrece a los individuos una adecuada formación para que puedan, con unas bases más sólidas y unos criterios mejor fundamentados y de carácter universal, orientar su acción cotidiana y dar respuestas (oampliar las preguntas) a los problemas personales y colectivos. Desde una concepción libre y autónoma del hombre y del ciudadano frente al modelo unidimensional propiciado por las nuevas tecnologías e ideologías, ofrece una crítica de los fundamentos del obrar humano y de los presupuestos del conocimiento en general y, sobre todo, del conocimiento científico. Plantea con rigor y sistematicidad los grandes problemas que, a lo largo del tiempo, el pensamiento humano ha ido configurando como tales.
La reflexión filosófica y el estudio de las diversas corrientes del pensamiento ayudan a romper el estrecho círculo de particularismo individual, social, temporal y nacional y fomentan la apertura universalista que reclama la futura sociedad mundial, que sólo será también una sociedad libre si cuenta con individuos capaces de pensar con autonomía y de comprender y actuar solidariamente con los demás.
Todo vivir humano auténtico requiere una reflexión crítica sobre el sentido de lo real, sobre nuestras interpretaciones sobre el mundo y sobre nuestro existir en él.
La reflexión filosófica es, por sí misma, un tanto subversiva siempre, porque supone criticar lo establecido, no conformarse con lo socialmente impuesto, dudar y advertir lo problemático de la opinión dominante y lo vano de la retórica oficial. Incluso en estos tiempos que parecen haber desacreditado cualquier intento revolucionario, filosofar es un riesgo. Pero un riesgo atractivo, personal y liberador.
Como actividad intelectual todo filosofar requiere una previa información sobre los variados aspectos del saber humano, la tradición científica y espiritual, la cultura, en suma, en sus aspectos más generales. Porque sólo desde nuestra circunstancia y nuestra cultura podemos reflexionar y tomar conciencia, sólo desde un nivel histórico podemos ejercer una mirada crítica responsable y lúcida. De ahí que una iniciación al filosofar requiera unos conocimientos culturales amplios, no porque filosofar consista en su conocimiento, sino porque sólo desde ellos se llega a una auténtica posición que permite la reflexión crítica. Sólo desde ellos se puede uno preguntar con plena claridad y con rigor, sobre las cuestiones que más nos inquietan.
La reflexión crítica, históricamente documentada, sobre la realidad, el conocimiento y la acción, hace posible el logro de una autonomía personal en juicios, valoraciones y toma de decisiones responsables. Consolida la formación de personas críticas, documentadas, tolerantes y solidarias.
EDUCACIÓN DEL SENTIDO CRÍTICO
La educación de la conciencia crítica exige comprensión –psicológica y cultural- de la pluralidad de valores y condicionamientos. Pero debe completarse con la educación para la opción –ético-política- y para la correcta adopción de un proyecto existencial.
El clima del diálogo que así se va creando sobre la confrontación pluralista revela, demás de un valor cognitivo, otro valor típicamente ético. Se expresa, ante todo, en el respeto de la libertad de opción, también para los alumnos. Si después, el diálogo se orienta positivamente, podrá percibirse la búsqueda común de la verdad y la mutua
ayuda en el camino del bien.
Si esto no se da, pueden obtenerse resultados negativos como el escepticismo (‘nada es verdad’), la presunción de dirigismo (‘somos los más ilustrados y capacitados’), el interés utilitarista empresarial (‘queremos producir’), la resignación gregaria (‘renunciamos a los riesgos de dirección y nos contentamos con las comodidades de nuestra sociedad de consumo’). Para evitar estas consecuencias negativas es necesaria una acción educativa dirigida a la adquisición del sentido crítico, y una intervención activa en este sentido.
El pensamiento crítico divergente se mueve, en efecto, con un conocimiento propio irrenunciable: Es comprometerse en una búsqueda de la ‘congruencia humana’ en la que las funciones humanas se sintonizan y se celebran mutuamente, permitiendo al sujeto comprobar una plenitud humana en cuyo nombre y en virtud de la cual puede hacerse una valoración crítica; son las ‘normas de expectativa’, es decir, aquellas normas inscritas en la profundidad del ser humano que lo ayudan a ‘criticar’, ‘evaluar’ y ‘juzgar’ apoyados en lo que se ha descubierto o en lo que ha desilusionado en esa expectativa.
ITINERARIO METODOLÓGICO
Los métodos que facilitan la “reflexión crítica” se caracteriza por un tipo de intervenciones educativas que pretenden impulsar la discusión, la crítica y la autocrítica, así como el entendimiento –que no necesariamente significa acuerdo o consenso-, entre los alumnos, el profesor, e imaginariamente con todos lo implicados en el problema real considerado no presentes en el aula. Todo ello a propósito de temas personales o sociales –micro o macroéticos- que impliquen un conflicto de valores; es decir, que sean sentidos por alumnos y profesor como problemáticos. Se trata, por tanto, de discutir todo aquello que preocupa o debería preocupar con ánimo de entender críticamente las razones que tienen todos los implicados, y comprometerse asimismo en aquellos procesos prácticos de mejora de la realidad considerada. La reflexión crítica pretende recabar información sobre realidades concretas, entender toda la complejidad, valorarla y comprometerse en su mejora. De este modo se pretende evitar el desconocimiento de las problemáticas concretas que afectan a su vida personal y social. Se intenta con ello favorecer una educación moral que se arraigue en la vida cotidiana de los educandos.Para conseguir una mejor presentación de lo que se trata de desarrollar en los alumnos y alumnas con la compresión crítica resumimos sus momentos o etapas más características (Puig Rovira, 1992):
REFLEXIÓN CRÍTICA Y AUTONOMÍA MORAL
La educación moral no puede reducirse a lo que aporta la socialización, sino que debe capacitar a los alumnos para que sean capaces de criticar las formas sociales injustas e ideas, criterios y normas de convivencia que busquen un tratamiento justo de los conflictos de valor.
Pero se hace del todo necesario encontrar un procedimiento que respete la autonomía, la conciencia y la responsabilidad de cada sujeto sin limitarse a este momento subjetivo e individual. Ha de ser un procedimiento que sepa respetar simultáneamente ese momento de la conciencia personal, y el reconocimiento de que los problemas morales, los conflictos de valor, se refiere a cuestiones que en un momento u otro afectan a más de una persona, o incluso a una colectividad. Por tanto debemos acercarnos a procedimientos que propicien lo intersubjetivo de toda controversia y la necesidad de enfrentarse a los conflictos atendiendo a las opiniones de todos los implicados (aprender a pensar juntos y resolver los problemas que nos afectan).
Si en la consideración de los problemas, especialmente de los problemas morales, queremos respetar su carácter interpersonal hemos de apelar a la reflexión y discusión crítica colectiva de todos los afectados, aunque ello no signifique abandonar la conciencia y sentimientos personales.
En consecuencia, pensamos que el diálogo es uno de los principios procedimentales más
relevantes que debe transmitir la educaión moral. Y ello, como se ha dicho, en lamedida en que en el diálogo encontramos un criterio respetuoso para con los individuos y para con la colectividad, así como un criterio adecuado para orientar la reflexión moral en sociedades plurales de modo justo y solidario. No se nos escapa, sin embargo, que el diálogo como principio procedimental no resuelve en modo alguno la problemática moral en su conjunto. El diálogo no asegura la resolución acertada de los problemas morales, ni tampoco asegura que se vaya a llegar a
un consenso racional que permita la adopción por acuerdo de soluciones. Tampoco entendemos que el consenso a que tiende el diálogo sea siempre la situación más deseable. El disenso, la disputa, la controversia y el conflicto parecen condiciones ineludibles de la conducta y la reflexión moral. Todo ello no niega el rol que debe tener el diálogo en la consideración de los temas morales, aunque sí lo distancia de toda imposición, o fácil búsqueda de acuerdos uniformes. El diálogo es sólo un intrumento que no elimina la duda, la responsabilidad y el dramatismo a que está abocada la reflexión moral autónoma.
Las siguientes habilidades son necesarias para conducir con éxito en proceso de diálogo crítico y enriquecedor para los participantes.
MODELO NORMATIVO PARA APRENDER A PENSAR DE FORMA
CRÍTICA Y AUTÓNOMA Y A TOMAR DECISIONES JUSTAS EN DIÁLOGO
1. Habilidades para percibir problemas morales.
2. Habilidad para el autoconocimiento.
3. Habilidad para el conocimiento de los demás.
4. Habilidades y condiciones del discurso dialógico.
5. Actitudes dialógicas
6. Estrategias para la comprensión y el razonamiento
7. Habilidad para imaginar y adoptar soluciones alternativas basadas en el acuerdo, y para anticipar y evaluar sus consecuencias.
8. Habilidad para dar sentido moral a la adopción de los anteriores criterios para la resolución de problemas de valor.
REFLEXIÓN
Me parece muy interesante lo que dice el texto. En especial la definición que da uno de los autores que retoma: J. Lacroix. Él dice que el pensamiento no es lo que nos distingue como seres humano, al principio podría sonar contradictorio con lo que hemos visto anteriormente, pues tanto en las clases como en las lecturas la tesis principal sobre la cual gira todo es que los humanos somos los únicos seres que pensamos.
Después el autor dice que hay un pensamiento que pareciese de un animal, y que si estamos conscientes de ese pensamiento y lo dominamos nos volvemos reflexivos, y sólo así nos podemos distinguir de las demás especies. Podría parecer que estas dos posturas están peleadas pero no, para mí, lo que este autor quiso decir es que al pensamiento respectivo del hombre se le debe llamar reflexión. Por ejemplo, la frase "Me gusta el chocolate" no es una reflexión sino un pensamiento que va disperso y confundo quizás a ninguna parte.
Así que algunos podrán llamarle pensamiento complejo, algunos otros pensamiento reflexivo, y algunos otros más sólo pensamiento. Sin embargo todos estos términos se refieren a la misma cosa, esta capacidad que sólo los humanos tenemos lo que nos obliga a potencializarla, explorarla, comprenderla y utilizarla de la mejor manera.